La pregunta fundamental en el contexto de Santa Cruz Barillas, en donde Andrés Francisco Miguel fue asesinado y las circunstancias no han sido esclarecidas, no es si todos somos iguales ante la ley, y si acaso todos tenemos las mismas obligaciones y derechos, sino por qué a pesar de ello algunos reciben más represión y vejación que otros. Sobre todo cuando consideramos que el gobierno de Otto Pérez Molina ha respondido, antes que a los derechos de la población, a los intereses de la Hidroeléctrica española Santa Cruz.
No podemos apelar a que todos estamos en las mismas condiciones jurídicas, mientras que en lo fáctico vemos que efectivamente existen tratos diferenciados a partir de la pertenencia y el origen.
La apelación a lo jurídico en este caso se convierte en una ideología, cuando no en ironía, que considera que las personas que han sido reprimidas son insignificantes. Aunque también se les tiene como faltos de criterio, sobre todo para aquello que se relaciona con sus intereses y destinos. Luego de ello no es sorprendente que los que no reciben represión ni son injuriados por su pertenencia “étnica”, se arroguen el señalamiento de cuales tendrían que ser las condiciones en que estas personas tienen que vivir. No contentos con ello, tienen que recurrir a justificaciones que pregonan un extraño desarrollo, que no da cuenta de la manera específica y concreta en que los que han recibido represión y vejación son beneficiados de manera efectiva. Consideran, erróneamente, que las personas tendrían que poner sus recursos a la total disponibilidad de las empresas extractoras, sin ningún reparo en sus condiciones de vida. Lo más contradictorio de esta postura radica en que si lo mismo fuera exigido a las personas que lo aducen, reaccionarían de manera violenta. Esto no sólo indica que consideran que los que reciben vejación no tienen autonomía, sino que tienen en sus formas de vida una suerte de “mal de origen”, que se manifiesta en expresiones tales como: “están opuestos al desarrollo”, “quieren vivir en pobreza siempre”, “indios subdesarrollados”, y un sin fin de etcéteras.
Para ello tienen que recurrir a postulados que consideran que las personas que reciben vejación no tienen capacidad de autonomía, y que por ello otros tienen que venir a dirigirles. Esto se manifiesta en las peroratas sobre que las personas han sido “víctimas ingenuas” de extranjeros, que les han manipulado al punto en que les han dejado como marionetas de sus criterios. Con ello aplican el principio racista del buen salvaje, que establece una suerte de identidad a la que los que han recibido vejación tienen que responder, porque finalmente les consideran poco menos que mascotas; dependientes, ingenuas, aunque a la vez sometidas a sus instintos que les sitúan en la torpeza y la ineptitud de no saber qué es lo más conveniente para su destino social. Con ello se crean las bases para el asistencialismo y el paternalismo muy popular en las castas medias urbanas. Además, se cierra el círculo infernal del racismo que se vive en Guatemala, cuando resulta que la represión y la vejación se convierte en una suerte de “castigo reparador” necesario y doloroso a la vez. Porque tiene que restituir la metáfora neurótica del orden, ante el temor de dejar que las personas tomen la rienda de sus propios destinos. La patología social se consuma, cuando las castas medias, sobre todo las urbanas, se sosiegan la conciencia arguyendo que todo lo han hecho por mantener la unificación nacional en los criterios que ellos imponen a los demás, y no sólo, sino de los que obtienen sus magros privilegios.
Iximulew, 13 de mayo de 2012
5 comentarios:
Sabes cuando salieron las primeras noticias sobre Barillas, lo del asesinato de Andrés Francisco Miguel y posteriormente el estado de sitio sentí una gran rabia. No tarde ni un momento en mostrar mi indignación y en correr la voz por los abusos.
De esta cuenta me encontré con alguien de mi entera confianza que hace algún tiempo trabajó para el ministerio de ambiente y esta bien al tanto de los pormenores de muchas de las negociaciones que se hacen y de los personajes involucrados: "¿A quienes les interesa que no se construyan las hidroeléctricas?" "Las empresas que se dedican a comercializar combustible fósil" "¿Quienes crees que pagan las planillas de ONG's ambientalistas?"
(http://tinyurl.com/7jukv47)
Por supuesto con esto no quiero decir que la lucha de este señor que mataron no fuera legitima, pero podría ser manipulado por otros intereses de alguna organización equivalente a lo que RT noticias llama "Caballo de Troya" de intereses mucho mas oscuros ( http://tinyurl.com/bnfc9oo ). Nada sorprendente si pensamos que los intereses de los dueños del petróleo son gigantes en comparación de Hidroeléctrica Santa Cruz.
Otras cosas que hizo evidente esta persona de mi confianza:
La constitución garantiza la exploración y la explotación de recursos. Por lo tanto Santa Cruz nos guste o no esta actuando bajo el margen de la ley. Si bien el convenio 169 fue ratificado por Guatemala, este no está garantizado por la constitución. Si bien esto puede parecer injusto, el problema acá radica en la constitución misma y para poder resolver este problema se tendría re-escribir esta. Tarea nada fácil.
Sigo lamentando la muerte y los abusos de ambas partes, pues si bien los pobladores se sienten indignados, nadie debería de actuar al margen de la ley, al no hacerlo caen tan bajo como el otro extremo del espectro del cual son victimas.
Sigo pensando que el estado de sitio es una exageración pero también creo que un análisis serio debe de ser muy comprometido e imparcial. No creo que sea muy buena idea ser indulgentes con las reacciones sulfúricas de la gente aunque aparentemente tengan toda la razón pues si se exige justicia, todo debe de ser manejado con el ejemplo de un buen actuar dentro del contexto de la ley. Sobre todo cuando en este mundo hay mucho que se maneja tras bastidores y hay muchos detalles que seguramente ignoramos. Saludos.
La tesis de que las personas responden a la manipulación de otras fuerzas, tiene un fundamento racial, que les considera incapaces de tener criterio y reflexión sobre lo que está pasando. Además la cuestión de que los generadores de energía electrica con bunker pudieran estar detrás, es poco probable cuando se ve la reacción exagerada del gobierno con los pobladores de Santa Cruz Barillas. Es más, la hidroeléctrica Santa Cruz generaría una cantidad ridícula de energía, por lo que es más probable que sea un señuelo para minería de oro. Otro elemento es que el gobierno de Guatemala ha demostrado que es completamente clientelar, con lo que hubiera sido más probable que apoyaran a los del bunker y la supuesta confusión de la población.
Creo que poner el problema en un contexto racial es tan solo una de las posibilidades mas no la única, pues no es la falta de criterio y reflexión, si no mas bien el criterio y la reflexión que surgen de visiones manipuladas por otros grupos de presión, que si bien utilizan argumentos de luchas centenarias de búsqueda de igualdad en el fondo son movilizados por otros intereses y no necesariamente los intereses de la comunidad. En donde por cierto, si bien los intereses de la comunidad deberían de tener un gran peso a la hora de tomar decisiones, los intereses de país deben de tener prioridad, no te parece?
El exceso de energía que generaría esta hidroeléctrica, si se ve con ojos desapasionados se podría inyectar a la red nacional de energía y de esa manera bajar los precios al consumidor.
Y pues ya te lo mencione antes, el problema realmente radica en nuestra constitución y si quisiéramos que las cosas fueran de una manera distinta sería por ahí por donde habría que empezar a buscar los cambios. Saludos.
No es un exceso de energía el que se generará con la Hidroeléctrica Santa Cruz, según tengo entendido será una cantidad minúscula de energía. Además, no se puede argüir que se conecte a la red nacional con la esperanza de que baje las tarifas, cuando se constata que las comunidades cercanas a las hidroeléctricas no tienen luz eléctrica. No entiendo la manera en que se podría anteponer los ideales de la abstracción de la nación a los recursos para la vida de las personas. En este último punto es en donde se nota que el criterio racial no es uno entre otros, sino que es el criterio con el que se planea desde la expropiación de recursos hasta la intervención exagerada del gobierno del militar retirado Pérez Molina.
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